Las normas para el licenciamiento de bancos digitales será una de las principales medidas que emitirá el gobierno este año, sostiene Ljubica Vodanovic, socia de Vodanovic Legal.
En el sector de servicios financieros digitales es muy claro para todos que la pandemia gatilló su despegue y que no habrá vuelta atrás, incluso con presencialidad. Lo que sigue es un vertiginoso crecimiento cuyos beneficios en inclusión financiera, competencia, fomento de la innovación y confianza en el sistema dependerán en gran parte de la regulación.
La opción peruana (acertada) ha sido una regulación estratégica, proporcional a los riesgos y neutral a la tecnología, en vez de una ley general. Al 2021, Perú cuenta con un marco regulatorio inicial para potenciar esta industria. Tenemos legislación razonable en dinero electrónico, que ha permitido la masificación de las billeteras digitales; en crowdfunding o financiamiento participativo, que permitirá acceso a créditos a sectores no incluidos (hay dos empresas con licencia y dos en trámite); y en sandbox, para impulsar la innovación y los modelos novedosos.
Para el 2022, el Ejecutivo tiene facultades por 90 días para regular el licenciamiento y supervisión a empresas que no captan dinero del público; el licenciamiento para bancos 100% digitales (hay varios proyectos en curso) o la regulación de los criptoactivos (con más sujetos obligados a reportar a la UIF). También existen iniciativas para reducir el monto mínimo para bancarizar operaciones (hoy toda transacción mayor a US$1,000.00 debe pasar por el sistema financiero) y la modernización de la regulación de las empresas de transferencias de fondos. También podría incluirse el marco regulatorio para lograr la interoperabilidad entre todas las entidades con licencia y la mejora regulatoria de las Empresas Emisoras de Dinero Electrónico (EEDE), incluyéndolas, por ejemplo, en las normas que permiten el pago de remuneraciones a través de este mecanismo.
De otro lado, el Estado debe seguir avanzando en fortalecer la relación público-privado para lograr una mayor conectividad, mayor velocidad del Internet, educación financiera digital, la interoperabilidad, la articulación entre las entidades competentes (SBS, BCRP, SMV, Indecopi, MEF) y la promoción de todo el ecosistema emprendedor vía los fondos de COFIDE y el Ministerio de la Producción.
Sería ideal, finalmente, que como producto de todos estos esfuerzos logremos en tiempos no muy lejanos tener el primer ‘unicornio’ peruano (empresa tecnológica de mil millones de dólares), que sería el símbolo de un crecimiento vigoroso del mercado FinTech.
Nota completa AQUÍ