El 24 de julio último, el Congreso ratificó a Sergio Espinosa como nuevo Superintendente de Banca y Seguros y AFP (SBS), tras la designación del Poder Ejecutivo. El mercado ha recibido con buenas expectativas esta noticia no sólo por las calidades profesionales y experiencia de Sergio Espinosa (ex – superintendente adjunto de la Unidad de Inteligencia Financiera- UIF) sino también porque se preserva la calidad técnica en una de las instituciones clave en materia económica (junto al BCRP, MEF, Indecopi y otras). Sin embargo, hay varios desafíos.
En la banca convencional, la SBS tiene el reto de continuar preservando la solidez de nuestro sistema financiero, lo que asegurará que nuestros ahorros estén bien cuidados. Se espera una mirada especial al sector de microfinanzas, afectado en gran medida por la pandemia y la recesión del 2023; también una exhaustiva supervisión a las cooperativas para asegurar que las que pasen la valla regulatoria sean las más idóneas.
El esfuerzo mayor, sin embargo, estará en los servicios financieros digitales (Fintech) para consolidar los buenos avances en inclusión financiera. Hemos visto, por ejemplo, el boom de las billeteras y pagos digitales que hoy son percibidas de manera positiva por los usuarios al ser servicios de alto valor y de gran utilidad práctica. El reto aquí será cuidar la adecuada gestión de riesgos operacionales para asegurar el buen funcionamiento de estos instrumentos.
También hay desafíos en cuanto a los activos virtuales, el dinero electrónico, las transferencias y la ciberseguridad. En activos virtuales (criptomonedas, por ejemplo), el primer reto será implementar la reciente regulación para prevenir el lavado de activos, que exigirá una importante supervisión a los proveedores de servicios con activos virtuales y que éstos gestionen mejor sus riesgos. Hoy, el Perú está dentro de los 4 mercados más relevantes en adopción de criptomonedas en la región, con cerca de 1,2 millones de usuarios en diferentes exchanges. Dado el avance de algunas actividades ilegales, una eficaz supervisión dará predictibilidad a los inversionistas y mayor seguridad y confianza a los usuarios.
Respecto al dinero electrónico, si bien se ha mejorado requisitos operativos (el fideicomiso ya no es exigencia), es importante encontrar mecanismos más ágiles que promuevan la entrada de nuevos jugadores, para lo cual el proceso de licenciamiento debería estar más a tono con estos servicios transaccionales (en los que no hay intermediación financiera), siguiendo el ejemplo de países europeos. En materia de transferencias, igualmente, el proceso de licencias de empresas de transferencias de fondos (ETF) necesita ser modernizado para no perder el interés de muchos inversionistas. En este punto, la SBS debería poder encontrar mayor sintonía con el trabajo del BCRP que promueve activamente los pagos digitales, que también son transferencias.
Finalmente, en ciberseguridad es urgente contar con una Política Nacional de Ciberseguridad, transversal e integral a todo el ecosistema. Esta política involucra a todo el Estado, no sólo a la SBS, pues el entorno financiero actual es “open” y “colaborativo” y surgen más casos de servicios financieros prestándose desde compañías no financieras, lo cual eleva los riesgos de ciberseguridad y la necesidad de extender la supervisión a los terceros. Desde aquí, le deseamos muchos éxitos al nuevo superintendente.